domingo, 3 de noviembre de 2013

Adivina cuanto te quiero de Sam McBratney, es el cuento que he decido dejaros, ya que todo este tipo de cuentos infantiles me encantan los considero muy educativos de los cuales se pueden extraer muchos valores con los cuales se puede trabajar.

"Era la hora de dormir. La liebre pequeña color avellana se agarraba fuertemente a las orejas de la gran liebre color de avellana.
Queria estar segura de que la liebre grande la escuchaba. <<Adivina cuanto te quiero>>, le dijo.
-¡ Uff!, no creo que pueda adivinarlo - contestó la liebre grande.
- Así, dijo la liebre pequeña abriendo los brazos todo lo que podía.
La gran libre de color avellana tenia los brazos aún más largos:
- Pues yo te quiero así-, le respondió.
- ¡Ummm...., cuanto!, penso la liebre pequeña.
- Yo te quiero hasta aquí arriba-, añadio la liebre pequeña.
- Y yo te quiero hasta aquí arriba-, contestó la liebre grande.
- ¡Que alto...! Ojalá yo tuviese brazos tan largos!-, penso la liebre pequeña.

Entonces tuvo una idea: se puso boca abajo y apoyando las patas sobre el tronco de un árbol, - Te quiero hasta la punta de mis pies-, dijo.
- Y yo te quiero hasta la punta de tus pies-, dija la liebre grande color de avellana alzándola por encima de su cabeza.
- Te quiero todo lo alto que pueda saltar- se reía la liebre pequeña dando brincos arriba y abajo.
- Pues yo te quiero todo lo alto que pueda saltar-, sonrió la gran liebre. Y dió tal brinco que sus orejas rozaron las ramas de un árbol.
- ¡Qué salto!-, penso la liebre pequeña, como me gustaría saltar así.
- Te quiero de aquí hasta el final de aquel camino, hasta aquel río a lo lejos-, gritó la pequeña liebre.
- Yo te quiero más allá del río y de las lejanas colinas-, dijo la liebre grande.
- ¡Que lejos!-, pensó la liebre pequeña color de avellana. Tenía tanto sueño que no podía pensar más.
Entonces miró por encima de los arbustos, hacia la enorme oscuridad de la noche. Nada podía estar más lejos que el cielo.
- Te quiero de aquí a la Luna-, dijo, y cerró los ojos.
- Eso está muy lejos-, dijo la liebre grande.
- Eso está lejísimos-.
La gran liebre color de avellana acostó a la liebre pequeña en una cama de hojas. Se quedó a su lado y le dio un beso de buenas noches.
Se quedó a su lado y le dio un beso de buenas noches.
Luego se acercó aún más y le susurró con una sonrisa:
- Yo te quiero de aquí a la luna y.... Vuelta-.

FIN
Aunque me imagino que algunos ya lo habreís leido, es muy bonito, así que los que no lo habeís hecho os anímo y espero que os guste y a los que lo habeis hecho os animo a que lo releais.
Un saludo chic@s.

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