Los libros que he leído
normalmente han sido, sobre todo, aquellos que he necesitado leer en el ámbito
académico.
Las lecturas que he realizado tanto en el colegio
como en el instituto no las recuerdo con exactitud, -¿Puede ser por el interés
que despertaban en mí...?-.
Es muy probable que muchas de estas lecturas me
gustasen, pero sí que puedo decir que todas ellas eran lecturas obligatorias -sin
tener ni voz ni voto en la elección de las mismas- con un objetivo muy claro: superar
exámenes escritos sobre el contenido de los libros, pero nunca disfrutar de la
lectura.
Por otro lado, sí que recuerdo algunas lecturas -obligatorias
de nuevo por supuesto- que realicé en la etapa de bachillerato. Entre ellas, se
encuentran Notes finals (Borràs i
Castanyer, 2000), Luces de bohemia (Ramón del Valle-Inclán, 1999), Lazarillo de Tormes, La casa de los espíritus (Isabel
Allende, 1982) o La isla del tesoro
(Robert Louise Stevenson, 2006) siendo de estos dos últimos de los que mejores
recuerdos tengo.
En mi etapa como
universitaria, han predominado las lecturas en catalán, entre las que
destacaría Aprendre i ensenyar a l'educació infantil (Eulàlia Bassedas
Ballús, Teresa Huguet Comelles e Isabel Solé Gallart, 2010), Una imatge no
val més que mil paraules (Jesus Tuson, 2001), o Multilingües des del bressol:
Educar els fills en diverses llengües (Anna Solé
Mena, 2009). Aunque no los haya leído por placer
puedo decir que me han gustado y aportado bastantes conocimientos para mi
formación como docente.
Como podéis ver,
la historia se repite continuamente. Los profesores/as que he tenido han dejado
en un segundo plano la importancia de inculcar el placer que supone leer,
siendo más importante, los exámenes orales y escritos sobre los libros, o la
entrega de resúmenes y reseñas sobre los mismos.
Dejando atrás
los libros obligatorios, los últimos libros que he seleccionado yo misma con el
objetivo de disfrutar de la lectura han sido los que componen la trilogía de Cincuenta
sombras de Grey, de la autora E.L. James.
Respecto a mi lectura en
Internet, esta se basa sobre todo en la búsqueda de información para realizar
trabajos, aunque también suelo leer noticias y artículos que me interesen, y
visito páginas de redes sociales y blogs dedicados a la etapa educativa de Educación
Infantil.
Para finalizar, me gustaría
decir que considero que es fundamental ofrecer a los niños y niñas espacios y
momentos en los que puedan descubrir el placer que supone la lectura, y no
tanto la obligación de leer libros que no despierten ningún interés en ellos ni
les motive a dedicar tiempo a esta actividad.
Reflexionando un poco,
considero que esto puede ser lo que me ha sucedido a mí, pero intentaré modificar
mis hábitos lectores, ya que considero que los adultos que se encuentran en contacto
con los niños y niñas, tanto docentes como familiares, deben ser un ejemplo a
seguir para los más pequeños y, ofrecerles así, modelos lectores adecuados.
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