El mundo de las letras y yo
Nunca me he considerado una gran
lectora. Es más, me he sorprendido a mí misma cuando, reflexionando sobre los
libros que he leído en los últimos años, he visto que son más de los que
esperaba.
No soy un ratón de biblioteca. No
suelo pisar ese lugar, que en muchas ocasiones me resulta desconocido, ni para
estudiar (como dato curioso, decir que solamente he preparado un examen en la
biblioteca y fue el único que suspendí). Solo acudo a él, en busca de libros
recomendados por los profesores de la Universidad y siempre animada, y
acompañada, por alguna compañera. Es como si tuviera un trauma.
Como ya podéis imaginaros, la
biblioteca no se encuentra entre mis recursos para acceder a la literatura. Pero aún así, he descubierto que en los
últimos años he leído una media de 7 libros al año. Dato sorprendente, para mí,
ya que no me considero una buena lectora, como ya he dicho anteriormente.
Y os preguntaréis de dónde
obtengo los libros que leo. Pues bien, o son de internet o son prestados.
Normalmente los consigo a través de mis amigos o de mis familiares, y de vez en
cuando me regalan alguno que saben que quiero leer. De esta forma, los últimos
libros que he tenido entre mis manos, en formato papel o digital, han sido Los pilares de la tierra de Ken
Follett, la trilogía de 50 sombras de
Grey de E. L. James, Dones de
Isabel-Clara Simo, Una fortuna peligrosa,
también, de Ken Follett, El símbolo
perdido de Dan Brown, El libro de
Jade de Lena Valenti, Siempre el
mismo día de David Nicholls, los primeros 5 libros de la seria La espada de la verdad de Terry
Goodking, Orgullo y prejuicio de
Jane Austen y La momia de Anne Rice.
En estos momentos no estoy
leyendo ningún libro, pero sí es cierto que le tengo echado el ojo a un par que
tengo en la tablet, entre los que destaco El
hobbit de J.R.R. Tolkien, Un mundo
sin fin de Ken Follet o la famosa serie de Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin. Pero, para ser
sincera debo admitir que hasta que no terminen las clases y tenga tiempo suficiente
no comenzaré ninguno de ellos. ¡He aquí el motivo por el cual no me considero
una buena lectora! Y es que mis momentos de lectura se reducen a las vacaciones
de verano y de Navidad. Pero, por otro lado, debo decir que en cuanto una
historia capta mi atención me convierto en toda una devoradora de páginas, y
soy incapaz de apartar el libro de mi lado, en ocasiones ni para comer.
Por último, no quisiera terminar,
esta reflexión sobre la lectura y yo, sin destacar mi fascinación por los
cuentos y libros infantiles. Creo que la culpa de esto la tiene mi abuela, que
cada fin de semana, antes de dormir, me regalaba una historia nueva con la que
soñar. Desde historias como los famosos cuentos de los hermanos Grimm hasta
otros como El gallo Quirico. Y creo que ese es el motor que hace que abra la
cubierta de un libro, y comience a leer, o pulse “download”. Es, el anhelo de
soñar y poder acceder a lugares y conocer personajes que viven en mi
imaginación y, que una vez que conoces, forman parte de mi vida.
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