jueves, 19 de septiembre de 2013

El mundo de las letras y yo



El mundo de las letras y yo

Nunca me he considerado una gran lectora. Es más, me he sorprendido a mí misma cuando, reflexionando sobre los libros que he leído en los últimos años, he visto que son más de los que esperaba. 

No soy un ratón de biblioteca. No suelo pisar ese lugar, que en muchas ocasiones me resulta desconocido, ni para estudiar (como dato curioso, decir que solamente he preparado un examen en la biblioteca y fue el único que suspendí). Solo acudo a él, en busca de libros recomendados por los profesores de la Universidad y siempre animada, y acompañada, por alguna compañera. Es como si tuviera un trauma.

Como ya podéis imaginaros, la biblioteca no se encuentra entre mis recursos para acceder a la literatura.  Pero aún así, he descubierto que en los últimos años he leído una media de 7 libros al año. Dato sorprendente, para mí, ya que no me considero una buena lectora, como ya he dicho anteriormente.  

Y os preguntaréis de dónde obtengo los libros que leo. Pues bien, o son de internet o son prestados. Normalmente los consigo a través de mis amigos o de mis familiares, y de vez en cuando me regalan alguno que saben que quiero leer. De esta forma, los últimos libros que he tenido entre mis manos, en formato papel o digital, han sido Los pilares de la tierra de Ken Follett, la trilogía de 50 sombras de Grey de E. L. James, Dones de Isabel-Clara Simo, Una fortuna peligrosa, también, de Ken Follett, El símbolo perdido de Dan Brown, El libro de Jade de Lena Valenti, Siempre el mismo día de David Nicholls, los primeros 5 libros de la seria La espada de la verdad de Terry Goodking, Orgullo y prejuicio de Jane Austen y La momia de Anne Rice.  

En estos momentos no estoy leyendo ningún libro, pero sí es cierto que le tengo echado el ojo a un par que tengo en la tablet, entre los que destaco El hobbit de J.R.R. Tolkien, Un mundo sin fin de Ken Follet o la famosa serie de Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin. Pero, para ser sincera debo admitir que hasta que no terminen las clases y tenga tiempo suficiente no comenzaré ninguno de ellos. ¡He aquí el motivo por el cual no me considero una buena lectora! Y es que mis momentos de lectura se reducen a las vacaciones de verano y de Navidad. Pero, por otro lado, debo decir que en cuanto una historia capta mi atención me convierto en toda una devoradora de páginas, y soy incapaz de apartar el libro de mi lado, en ocasiones ni para comer.

Por último, no quisiera terminar, esta reflexión sobre la lectura y yo, sin destacar mi fascinación por los cuentos y libros infantiles. Creo que la culpa de esto la tiene mi abuela, que cada fin de semana, antes de dormir, me regalaba una historia nueva con la que soñar. Desde historias como los famosos cuentos de los hermanos Grimm hasta otros como El gallo Quirico. Y creo que ese es el motor que hace que abra la cubierta de un libro, y comience a leer, o pulse “download”. Es, el anhelo de soñar y poder acceder a lugares y conocer personajes que viven en mi imaginación y, que una vez que conoces, forman parte de mi vida.


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