miércoles, 9 de octubre de 2013

¿A qué sabe la luna?

Hace muy poquito descubrí este cuento y me llamó mucho la atención. ¿Vosotros habéis preguntado alguna vez ¿a qué sabe la luna? Pues vamos a descubrirlo.



¿A QUÉ SABE LA LUNA?

Hacía mucho tiempo que los animales querían averiguar a que sabe la luna, ¿sería dulce o salada? 
Tan solo querían probar un pedacito, por las noches miraban ansiosos hacia el cielo, se estiraban e intentaban cogerla, alargando el cuello, las piernas y los brazos. Pero todo fue en vano y ni el animal más grande pudo alcanzarla.

Un buen día la pequeña tortuga decidió subir a la montaña más alta para poder tocar la luna. Desde allí arriba la luna estaba más cerca, pero la tortuga no podía tocarla, por lo que llamó al elefante. 
- Si te subes a mi espalda, tal vez lleguemos a la luna.
Esta pensó que se trataba de un juego y a medida que el elefante si acercaba ella se alejaba un poco.
Como el elefante no pudo tocar la luna llamó a la jirafa.
- Si te subes a mi espalda a lo mejor la alcanzamos.
Pero al ver a la jirafa la luna se alejó un poco más, la jirafa estiró y estiró el cuello cuanto pudo pero no sirvió de nada; y llamó a la cebra. 
- Si te subes a mi espalda es probable que nos acerquemos más a ella. 
La luna empezaba a divertirse con aquél juego y se alejó otro poquito. 
La cebra se esforzó mucho mucho pero tampoco pudo tocar la luna; y llamó al león.
- Si te subes a mi espalda quizá podamos alcanzarla. 
Pero cuando la luna vio al león volvió a subir algo más. 
Tampoco esta vez lograron tocar la luna y llamaron al zorro. 
- Verás como lo conseguimos si te subes a mi espalda - dijo el león.
Al avistar al zorro la luna se alejó de nuevo, ahora solo faltaba un poquito de nada para tocar la luna. Pero esta se desvanecía más y más. 
Y el zorro llamó al mono.
- Seguro que esta vez lo logramos. Anda súbete a mi espalda.
La luna vio al mono y retrocedió. El mono ya podía oler la luna pero de tocarla ni hablar. Y llamó al ratón.
- Súbete a mi espalda y tocaremos la luna.

Esta vio al ratón y pensó: "seguro que un animal tan pequeño no podrá cogerme", y como empezaba a aburrirse con aquel juego la luna se quedó justo donde estaba. Entonces el ratón subió por encima de la tortura, del elefante, de la jirafa, de la cebra, del león, del zorro, del mono y... de un mordisco arrancó un trozo pequeño de luna, lo saboreó complacido y después fue dando un trocito al mono, al zorro, al león, a la cebra, a la jirafa, al elefante y a la tortuga.

Y la luna les supo exactamente a aquello que más le gustaba a cada uno. Aquella noche los animales durmieron muy muy juntos. El pez que lo había visto todo y no entendía nada dijo:
- Vaya vaya tanto esfuerzo para llegar a esa luna que está en el cielo, ¿acaso no verán que aquí en el agua hay otra más cerca?

http://www.youtube.com/watch?v=RARXxY3tZ0g

Este cuento trabaja valores como la solidaridad y la cooperación, por ello pienso que puede ser un buen recurso para trabajar en el aula. 

Espero que os haya gustado, un abrazo compis.


No hay comentarios:

Publicar un comentario