miércoles, 9 de octubre de 2013

Julia, mi alter ego


Conocí a Julen en Carmona (Sevilla), hace dos meses. Nunca me gustó el circo; pero, me encantan los animales,  por este motivo,  estudié biología. 

Una tarde de diciembre, mi amiga Macarena, me envió un wasap: “ Q frío hace no??, Los niños quieren salir . Yo no tengo ganas de pasar frio x la calle.Q fatiga!  He pensado llevarlos al circo… Ya sé que odias l circo. Necesito que m eches una mano, estoy sola. Cayetano está de viaje. Q dices, amiga?”.   Macarena vivía en mi calle, nos conocemos de toda la vida. ¿Cómo no le voy a echar una mano? Y dos, si hace falta. Así  es como conocí a mi amor. Es tan, tan…

Cuando yo era  niña, vivíamos en Carmona. Mis padres trabajaban en la churrería, que había sido fundada por mi abuelo antes de la Guerra Civil. Yo, a menudo,  andaba por allí. Me encantaban los churros  y el olor a churros. El chocolate, también. Siempre llevaba   un libro en las manos, y odiaba las coletas.  Mi madre  se empeñaba en hacerme coletas, bueno eso y en que me pusiera  vestidos. También odiaba los vestidos.

 Me encantaban los perros. Mis primas, tenían uno: Toby, uno de esos de padres callejeros, y yo lo adoraba. Le encantaban los churros con chocolate. Mi madre no me dejaba tener animales y yo me moría por tener un perro. Así, que cuando me marché de casa, me quedé con la tercera  generación de Toby y ahora tengo a sus bisnietas:  Naomi y Campbell.

Siempre fui buena estudiante, bueno menos en Informática. Odio las nuevas tecnologías. A mí lo que me gusta de verdad son los animales, la zoología, y sobre todo el mar.

Cuando acabé la carrera, empecé a trabajar en: “Híspalis”,  el zoo  de Sevilla, concretamente en el delfinario y por eso tengo fobia a los circos y  a los zoológicos. ¡Pobres animales!

Pertenezco a la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Sevilla y  a  Sofía El Refugio- Escuela , que es una ONG para perros y gatos. Cuando mi trabajo en el delfinario me lo permitía, me acercaba por alguna de las dos protectoras para ayudar.  Todavía  sigo siendo socia, pero solo voy cuando estoy por Sevilla.

Mi vida cambió, a partir de aquella tarde de diciembre en la que recibí el wasap de Macarena. Y, ¡cosas del destino! yo que odiaba y odio los circos, aquí estoy, trabajando y viviendo en  uno de ellos.  Cuido de los animales y me encargo del puesto de los churros y chocolate. Eso sí, con mi amor…

 

 

 

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