Conocí a Julen en Carmona (Sevilla), hace dos meses. Nunca me gustó el circo;
pero, me encantan los animales, por este
motivo, estudié biología.
Una tarde de diciembre, mi amiga Macarena, me envió un wasap: “ Q frío hace
no??, Los niños quieren salir . Yo no tengo ganas de pasar frio x la calle.Q
fatiga! He pensado llevarlos al circo…
Ya sé que odias l circo. Necesito que m eches una mano, estoy sola. Cayetano
está de viaje. Q dices, amiga?”.
Macarena vivía en mi calle, nos conocemos de toda la vida. ¿Cómo no le
voy a echar una mano? Y dos, si hace falta. Así
es como conocí a mi amor. Es tan, tan…
Cuando yo era niña, vivíamos en
Carmona. Mis padres trabajaban en la churrería, que había sido fundada por mi
abuelo antes de la Guerra Civil. Yo, a menudo, andaba por allí. Me encantaban los churros y el olor a churros. El chocolate, también. Siempre
llevaba un libro en las manos, y odiaba
las coletas. Mi madre se empeñaba en hacerme coletas, bueno eso y
en que me pusiera vestidos. También
odiaba los vestidos.
Me encantaban los perros. Mis primas,
tenían uno: Toby, uno de esos de padres callejeros, y yo lo adoraba. Le
encantaban los churros con chocolate. Mi madre no me dejaba tener animales y yo
me moría por tener un perro. Así, que cuando me marché de casa, me quedé con la
tercera generación de Toby y ahora tengo
a sus bisnietas: Naomi y Campbell.
Siempre fui buena estudiante, bueno menos en Informática. Odio las nuevas
tecnologías. A mí lo que me gusta de verdad son los animales, la zoología, y
sobre todo el mar.
Cuando acabé la carrera, empecé a trabajar en: “Híspalis”, el zoo de Sevilla, concretamente en el delfinario y
por eso tengo fobia a los circos y a los
zoológicos. ¡Pobres animales!
Pertenezco a la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Sevilla y a
Sofía El Refugio- Escuela , que es una ONG para perros y gatos. Cuando
mi trabajo en el delfinario me lo permitía, me acercaba por alguna de las dos
protectoras para ayudar. Todavía sigo siendo socia, pero solo voy cuando estoy
por Sevilla.
Mi vida cambió, a partir de aquella tarde de diciembre en la que recibí el
wasap de Macarena. Y, ¡cosas del destino! yo que odiaba y odio los circos, aquí
estoy, trabajando y viviendo en uno de
ellos. Cuido de los animales y me encargo del puesto de los churros y chocolate. Eso sí, con mi amor…
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