Hola, yo soy Katherine, tengo 25 años y os voy a contar un poquito mi vida, que creo que no ha sido nada fácil. Mi padre era de Moscú y mi madre española y cuando se conocieron mi madre decidió irse con mi padre y dejarlo todo por lo que yo nací en Moscú.
Cuando yo tenía 5 años, mis padres desgraciadamente tuvieron un accidente de tráfico y fallecieron. Los únicos familiares que se podían hacer cargo de mi era mi tío Manolo y mi tía Antonia por parte de madre y tuve que irme con ellos a España. Yo era muy pequeña y no me enteraba de muchas cosas pero si que echaba de menos a mis padres, aunque no puedo quejarme de la vida que mis tíos me han ofrecido y siempre se los agradeceré.
Pasaron los años, yo me hacia mayor y desde pequeña me encantaba bailar y mis ganas por ser bailarina era tan grandes que me apuntaba a todos los recitales del instituto y fiestas del pueblo. No me gustaba estudiar, mi sueño era bailar.
Durante varios años me ganaba la vida haciendo cosas que no me gustaban. Yo buscaba trabajo para bailar pero no encontraba, todo era impedimentos: poca experiencia, la edad...
Hasta que un día vi un anuncio que ponía que se buscaba bailarina en un club. Pero no una bailarina cualquiera sino una de esas chicas que bailaban delante de personas que te miraban deseosos de tocarte.
Al principio pensé: ¡NI LOCA! ¡QUÉ PENSARAN MIS TÍOS! Pero empecé a pensar que necesitaba el dinero y mis tíos ya habían hecho demasiado por mi, ya era hora de buscarme la vida y decidí hacer la prueba. Tres días después me llamaron para decirme que había sido aceptada.
Por una parte me alegré y por otra estaba preocupada porque el mundo de la noche no me gustaba y esa forma de bailar era muy diferente a la que me gustaba a mi.
Dos semanas después de estar trabajando allí, conocí a un chico que se llamaba Sergio, era muy bueno conmigo aunque a la vez bastante chulo pero me trataba diferente.
Él venía a verme todos los días, me decía que era un hombre de negocios.
Mi compañera de trabajo, Lucrecia estaba enfadada conmigo y no sabia el porque hasta que un día no pudo más y me dijo que Sergio era narcotraficante. No se porque me lo esperaba. Era un chico guapo y que iba a esos lugares y siempre estaba ocupado con negocios.
Intenté olvidarme de él y evitarlo pero era imposible, lo amaba, lo quería y por nada del mundo podía dejarlo. Todo el mundo me decía que nuestra historia de amor terminaría mal y después de dos años aquí seguimos juntos. Me gusta mi vida junto a Sergio y después de tanto tiempo también mi trabajo.
Y esa es mi vida, os dejo que me ha entrado un antojo de chocolate...
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