Poema de Miguel Hernández. Besarse, mujer.
Besarse, mujer,
al sol, es besarnos
en toda la vida.
Ascienden los labios,
eléctricamente
vibrantes de rayos,
con todo el furor
de un sol entre cuatro.
Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la muerte.
Descienden los labios,
con toda la luna,
pidiendo su ocaso,
del labio de arriba,
del labio de abajo,
gastada y helada
y en cuatro pedazos.
Poema cambiado:
Besarse, mujer,
al sol, es besarnos
en toda la eternidad.
Ascienden los labios,
eléctricamente
vibrantes de morbo,
con todo el calor
de un sol entre cuarto.
Besarse a la luna,
mujer, es besarnos
en toda la piel.
Descienden los labios,
con toda la luna,
pidiendo su amor
del labio tuyo,
del labio mio,
gastada y helada
y en cuatro pedazos.
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