¿Qué os puedo contar? Así así por
encima, algo de mi vida ¿no? Bueno, de acuerdo, vamos allá a ver que os parece.
Treinta años ya… ni más ni menos. Si, así
es, como estás leyendo treinta años llevo ejerciendo mi profesión. Cuando era
pequeño quería ser pescador, con el paso de los años me di cuenta que mi
vocación era otra, aún no os la voy a desvelar, iremos poco a poco.
Nací en San
Sebastián, preciosa cuidad, maravillosa comida, una mujer y un hombre. Sólo
una, no he querido a nadie como a ella, me ha sabido cuidar, ha estado siempre
es los buenos y malos momentos y por supuesto cocinar como ella… nadie.
Evidentemente os hablo de mi madre. Por suerte todavía puedo compartir grandes
momentos con ella. Respecto al hombre
era un señor de bigote, serio, siempre con un puro en la boca. ¡Maldito puro!
Esa fue una de las razones por las que no me gusta ni oler el tabaco. Mi padre
falleció hace 10 años de cáncer de pulmón, fue muy duro pero pensé que sería
mejor ayudar y animar a mi madre que hundirme yo con ella.
Mi padre tenía una
gran afición y de ahí os puedo contar un poco mi profesión. Era un apasionado
de los circos, recorría España entera disfrutando de ellos. Cuando yo era
pequeño me regaló unas bolas hechas con arroz y globo. Fueron mi primer
instrumento de trabajo. Creo que ya vais entendiendo un poco mi profesión ¿no?
Soy
malabarista, trabajo en una compañía de espectáculos que ahora mismo se dedica especialmente al
mundo del circo. Cada mes visito una cuidad diferente. Es una vida un tanto
singular, a la vez atractiva y un poco triste. Nunca haces grandes amigos, los
compañeros de trabajo van cambiando, la vida familiar es difícil ya que no
siempre que quieres puedes estar con ellos. Eso sí, en el amor soy todo un As,
he ido conquistando a varias mujeres en las diferentes compañías con las que he
trabajado, pero ahora mismo solo me quedo con una. Julia, ella es tan, tan…
El amor vamos a dejarlo para otro rato, para acabar quisiera que
supieseis que toda mi vida profesional es gracias a mi padre. El me regaló mis
primeras bolas y desde entonces hasta ahora han sido mi gran aliado, mi mayor
tesoro, mi instrumento de trabajo. Gracias a ellas vivo como puedo pero también como quiero.
Muy triste os tengo que decir que llegó la hora de seguir con
mi trabajo.
¡Ha sido un gran placer compartir mi
vida con vosotr@s!
Lei, me ha encantado el inicio de la historia que hemos creado. Mi Julen...mi as de corazones... =)
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